EL DRAGON:
TENDENCIA: YANG
COLOR: NEGRO
AMOR
El dragón es un emblema de éxito y triunfo instantáneo. Aplicado al amor, este señor del cielo no hace muy sencillas las relaciones con otro símbolo de menor cuantía y no suelen enterarse muy a menudo de hacia qué lado cae la estricta realidad. Así, cuando un dragón se decide a amar, o a mostrar descaradamente su amor, nadie puede venir a decirle que sólo es un sentimiento personal y nada más. Si el dragón -o la dragón- se ha decidido, declarará abiertamente su maravilloso amor por una determinada persona; que la persona en cuestión venga a opinar lo contrario resulta, cuando menos, completamente desafortunado (así pensaría el cuestionado dragón), porque su opinión y su convencimiento son muy superiores a cualquier criterio ajeno y externo.
SALUD
Los dragón son gente sana por principio; por lo general, el mal permanecerá lejano y su longevidad será una buena prueba, la mejor, de que el emblema del fuego les ha sido favorable en cuanto a su organismo. El peligro no está en el lado físico de la vida, sino en el oscuro mundo de los sentimientos. El dragón, fuerte y enérgico, puede debilitarse totalmente ante una obstinada negativa, ante un desprecio casi imperceptible para los de más, ante un desaire repetido. Toda su fortaleza puede quedar minada ante estos hechos, u otros muchos similares porque a una criatura de su portentosa envergadura le son necesarias las palabras de aliento, las miradas de admiración, las sensaciones de apoyo y, sobre todo, las súplicas y peticiones de ayuda y protección.
TRABAJO
A sí como Tigre es el dueño de la Tierra, Dragón es señor de los cielos y ambos han de repartirse el dominio del Universo. Quede esto claro, dentro de los márgenes de desconfianza que debemos dejar siempre en todo lo que nos parezca dogmático, y pasemos a ver qué abanico de posibilidades y de incompatibilidades lleva consigo el pertenecer al grupo simbólico de los dragón. Los dragón son activos, con empuje, cuidadosos, honestos y, además afortunados. Son una gente maravillosa, sobre todo cuando no sale a la superficie su intolerancia o su impaciencia.
AVENTURA
El Dragón, rey del Cielo, no puede quedarse tranquilo entre los tabiques de una vivienda, ni puede resignarse a poner un escritorio entre el mundo y sus necesidades vitales, necesita evadirse de la rutina y poder experimentar una forma distinta de actuar en la vida: de comprobar de primera mano que se puede vencer al destino en su terreno en cualquier ocasión y con cualquier herramienta o, incluso, sin herramientas ni programas.
El dragón es feliz así. retomando el respeto que se había perdido al vivir dentro de la excesiva normalidad, de la diaria parsimonia, eso que da tanta felicidad al resto de los mortales. Si la aventura sale mal, el dragón no se enfadará ni se arrepentirá de la decisión tomada. Sabe perfectamente que sólo se puede arrepentir de no haber hecho aquello que creía que debería hacer; de lo demás, asume toda la responsabilidad con plena conciencia de que sólo de ella o de él es tal responsabilidad: es lo que cuenta en su vida, el ser responsable de todos y cada uno de los pasos dados antes de que el destino se atreviese a marcar el sendero obligado. La aventura es su vida y sin ella no se vive, se vegeta. Es, casi, una forma de expresión, el único acento que se puede dar a la existencia.
DRAGON-MADERA
Los Dragón nacidos en 1928 tienen por elemento a la Madera. Al contrario que el Metal, asociado al otoño, la Madera representa a la luz primaveral. Esta tendencia produce, en ocasiones, pesimismo y apatía; sin embargo, el Dragón será capaz de superar tan adversa situación, pues es propio del simbolismo emblemático de este animal sobreponerse y no caer en estados de desaliento y derrotismo. El Dragón Madera actúa sin acción y enseña sin palabras.
DRAGON-FUEGO
Los Dragón nacidos en el año 1952 tienen por elemento al Fuego. Tal circunstancia incide en el comportamiento del Dragón. en el sentido más acusado posible, pues le hace irascible e inquieto. Y es que el Fuego es Yang, y también el Dragón es Yang: por tanto. Dragón/Fuego equivale a Yang sobre Yang: existe el peligro de preocupación continua, por lo que el desgaste de energía vital seguro que se producirá sin remedio.
DRAGON-AGUA
Los Dragón nacidos en 1916 y en 1976, tendrán por elemento al Agua. Parece que será el equilibrio quien presida cualquier acción en esta circunstancia. Se dice, por tanto, que el Dragón-Agua equivale a Yin-Yang, puesto que el Agua es de tendencia Yin. El resultado de esta tendencia es el equilibrio y su preocupación por los demás, lo que le lleva también a elegir en numerosas ocasiones el camino del humanitarismo y del altruismo.
DRAGON-TIERRA
Los Dragón nacidos en el año 1940 tienen por elemento a la Tierra. Deben evitar el aislamiento que les conduciría a una especie de callejón sin salida. La Tierra tiene diversas capas, unas más profundas, otras menos profundas y la superficie. Lo mismo le sucede al Dragón Tierra: nunca se acaba de conocerle y siempre termina sorprendiendo. Por eso resulta tan difícil convivir con el Dragón que tiene por elemento a la Tierra.
DRAGON-METAL
Los Dragón que hayan nacido en 1904 y en 1964 tendrán por elemento al Metal. Parece que el Metal está siempre asociado al frío, a la oscuridad de la noche y a la estación otoñal; fue formado por un viento estepario que procedía del oeste. La sabiduría popular asocia este elemento con los estados de inquietud e intranquilidad, con la angustia y la desesperanza. Es mejor no tener ilusiones y así, cuando no se cumplan, no habrá sufrimiento; tal vez se vea obligado el Dragón/Metal, en circunstancias adversas, a renunciar a la acción.
SIMBOLISMO
Desde tiempos inmemoriales se tiene al Dragón por un animal terrorífico, que escupe fuego por la boca. Su medio puede ser tanto la tierra como el agua o el aire; la demosofía oriental siempre representa al Dragón dotado de enormes alas y emergiendo de aguas cenagosas o pantanosas. Existe la creencia de que adornando las casas, tanto por fuera como en el interior, de efigies simbólicas alusivas al Dragón, los malos espíritus permanecerán alejados de semejantes lugares; los poderes de este gigantesco animal llegan hasta lo más recóndito, hasta el más apartado de los rincones. Por ello, en todos los lugares, se le ha venerado al tiempo que se le ha temido, pues cuando se está próximo a conseguir un determinado objetivo, aparece indefectiblemente el Dragón como muestra de que aún no han sido superados todos los obstáculos. El Dragón, por tanto, simboliza, en ocasiones el último estorbo para concluir un proyecto. En todas las culturas se encuentran alusiones a este fabuloso animal; su anagrama aparece, por ejemplo, en el pendón de algunas dinastías chinas y es expresado, a menudo, con su escritura pictográfica. Sólo al emperador le era permitido usar el emblema del Dragón con cinco garras en sus patas; los subordinados debían usar para sus adornos dragones cuyas patas tuvieran sólo cuatro garras. Además, el esoterismo chino pinta al Dragón de diversos colores: rojo -el Dragón Rojo, protector de la sabiduría verdadera- y blanco -el Dragón Blanco, llamado también Dragón Lunar.
Algunos simbolistas prestigiosos describen ampliamente la diversidad de dragones, y sus atributos, que aparecen en todas las culturas y manifestaciones artísticas; desde la hagiografía más antigua, pasando por determinadas representaciones del arte de los más insignes humanistas, hasta la personificación contenida en la ficción literaria: a unos le dan un cuerpo de serpiente con alas, vive en los aires y en las aguas, sus fauces son enormes, devora a los hombres y animales, a quienes mata primero con su enorme cola. Otros, en cambio, lo hacen terrestre, sus fauces son muy pequeñas, su enorme y fuerte cola es un elemento de destrucción, vuela también y se alimenta con la sangre de los animales que mata; no faltan autores que lo creen anfibio: su cabeza es de mujer hermosa, de luenga cabellera, y es aún más terrible que los anteriores.
Para la mitología oriental existen dragones que tienen por medio el aire, dragones que tienen por medio el agua y dragones que tienen por medio la tierra. Precisamente explican y definen la lluvia por la unión de la tierra con el Dragón.
Psicológicamente el símbolo del Dragón representa algo que superar, aún, en nuestro mundo anímico, es decir, se le reconoce al Dragón un significado psíquico. Fue, precisamente, Jung -destacado discípulo de Freud- quien afirmó que lo racional es un concepto demasiado limitado para expresar la Vida en su totalidad, por lo que se crea un símbolo.
AMOR
El dragón es un emblema de éxito y triunfo instantáneo. Aplicado al amor, este señor del cielo no hace muy sencillas las relaciones con otro símbolo de menor cuantía y no suelen enterarse muy a menudo de hacia qué lado cae la estricta realidad. Así, cuando un dragón se decide a amar, o a mostrar descaradamente su amor, nadie puede venir a decirle que sólo es un sentimiento personal y nada más. Si el dragón -o la dragón- se ha decidido, declarará abiertamente su maravilloso amor por una determinada persona; que la persona en cuestión venga a opinar lo contrario resulta, cuando menos, completamente desafortunado (así pensaría el cuestionado dragón), porque su opinión y su convencimiento son muy superiores a cualquier criterio ajeno y externo.
SALUD
Los dragón son gente sana por principio; por lo general, el mal permanecerá lejano y su longevidad será una buena prueba, la mejor, de que el emblema del fuego les ha sido favorable en cuanto a su organismo. El peligro no está en el lado físico de la vida, sino en el oscuro mundo de los sentimientos. El dragón, fuerte y enérgico, puede debilitarse totalmente ante una obstinada negativa, ante un desprecio casi imperceptible para los de más, ante un desaire repetido. Toda su fortaleza puede quedar minada ante estos hechos, u otros muchos similares porque a una criatura de su portentosa envergadura le son necesarias las palabras de aliento, las miradas de admiración, las sensaciones de apoyo y, sobre todo, las súplicas y peticiones de ayuda y protección.
TRABAJO
A sí como Tigre es el dueño de la Tierra, Dragón es señor de los cielos y ambos han de repartirse el dominio del Universo. Quede esto claro, dentro de los márgenes de desconfianza que debemos dejar siempre en todo lo que nos parezca dogmático, y pasemos a ver qué abanico de posibilidades y de incompatibilidades lleva consigo el pertenecer al grupo simbólico de los dragón. Los dragón son activos, con empuje, cuidadosos, honestos y, además afortunados. Son una gente maravillosa, sobre todo cuando no sale a la superficie su intolerancia o su impaciencia.
AVENTURA
El Dragón, rey del Cielo, no puede quedarse tranquilo entre los tabiques de una vivienda, ni puede resignarse a poner un escritorio entre el mundo y sus necesidades vitales, necesita evadirse de la rutina y poder experimentar una forma distinta de actuar en la vida: de comprobar de primera mano que se puede vencer al destino en su terreno en cualquier ocasión y con cualquier herramienta o, incluso, sin herramientas ni programas.
El dragón es feliz así. retomando el respeto que se había perdido al vivir dentro de la excesiva normalidad, de la diaria parsimonia, eso que da tanta felicidad al resto de los mortales. Si la aventura sale mal, el dragón no se enfadará ni se arrepentirá de la decisión tomada. Sabe perfectamente que sólo se puede arrepentir de no haber hecho aquello que creía que debería hacer; de lo demás, asume toda la responsabilidad con plena conciencia de que sólo de ella o de él es tal responsabilidad: es lo que cuenta en su vida, el ser responsable de todos y cada uno de los pasos dados antes de que el destino se atreviese a marcar el sendero obligado. La aventura es su vida y sin ella no se vive, se vegeta. Es, casi, una forma de expresión, el único acento que se puede dar a la existencia.
DRAGON-MADERA
Los Dragón nacidos en 1928 tienen por elemento a la Madera. Al contrario que el Metal, asociado al otoño, la Madera representa a la luz primaveral. Esta tendencia produce, en ocasiones, pesimismo y apatía; sin embargo, el Dragón será capaz de superar tan adversa situación, pues es propio del simbolismo emblemático de este animal sobreponerse y no caer en estados de desaliento y derrotismo. El Dragón Madera actúa sin acción y enseña sin palabras.
DRAGON-FUEGO
Los Dragón nacidos en el año 1952 tienen por elemento al Fuego. Tal circunstancia incide en el comportamiento del Dragón. en el sentido más acusado posible, pues le hace irascible e inquieto. Y es que el Fuego es Yang, y también el Dragón es Yang: por tanto. Dragón/Fuego equivale a Yang sobre Yang: existe el peligro de preocupación continua, por lo que el desgaste de energía vital seguro que se producirá sin remedio.
DRAGON-AGUA
Los Dragón nacidos en 1916 y en 1976, tendrán por elemento al Agua. Parece que será el equilibrio quien presida cualquier acción en esta circunstancia. Se dice, por tanto, que el Dragón-Agua equivale a Yin-Yang, puesto que el Agua es de tendencia Yin. El resultado de esta tendencia es el equilibrio y su preocupación por los demás, lo que le lleva también a elegir en numerosas ocasiones el camino del humanitarismo y del altruismo.
DRAGON-TIERRA
Los Dragón nacidos en el año 1940 tienen por elemento a la Tierra. Deben evitar el aislamiento que les conduciría a una especie de callejón sin salida. La Tierra tiene diversas capas, unas más profundas, otras menos profundas y la superficie. Lo mismo le sucede al Dragón Tierra: nunca se acaba de conocerle y siempre termina sorprendiendo. Por eso resulta tan difícil convivir con el Dragón que tiene por elemento a la Tierra.
DRAGON-METAL
Los Dragón que hayan nacido en 1904 y en 1964 tendrán por elemento al Metal. Parece que el Metal está siempre asociado al frío, a la oscuridad de la noche y a la estación otoñal; fue formado por un viento estepario que procedía del oeste. La sabiduría popular asocia este elemento con los estados de inquietud e intranquilidad, con la angustia y la desesperanza. Es mejor no tener ilusiones y así, cuando no se cumplan, no habrá sufrimiento; tal vez se vea obligado el Dragón/Metal, en circunstancias adversas, a renunciar a la acción.
SIMBOLISMO
Desde tiempos inmemoriales se tiene al Dragón por un animal terrorífico, que escupe fuego por la boca. Su medio puede ser tanto la tierra como el agua o el aire; la demosofía oriental siempre representa al Dragón dotado de enormes alas y emergiendo de aguas cenagosas o pantanosas. Existe la creencia de que adornando las casas, tanto por fuera como en el interior, de efigies simbólicas alusivas al Dragón, los malos espíritus permanecerán alejados de semejantes lugares; los poderes de este gigantesco animal llegan hasta lo más recóndito, hasta el más apartado de los rincones. Por ello, en todos los lugares, se le ha venerado al tiempo que se le ha temido, pues cuando se está próximo a conseguir un determinado objetivo, aparece indefectiblemente el Dragón como muestra de que aún no han sido superados todos los obstáculos. El Dragón, por tanto, simboliza, en ocasiones el último estorbo para concluir un proyecto. En todas las culturas se encuentran alusiones a este fabuloso animal; su anagrama aparece, por ejemplo, en el pendón de algunas dinastías chinas y es expresado, a menudo, con su escritura pictográfica. Sólo al emperador le era permitido usar el emblema del Dragón con cinco garras en sus patas; los subordinados debían usar para sus adornos dragones cuyas patas tuvieran sólo cuatro garras. Además, el esoterismo chino pinta al Dragón de diversos colores: rojo -el Dragón Rojo, protector de la sabiduría verdadera- y blanco -el Dragón Blanco, llamado también Dragón Lunar.
Algunos simbolistas prestigiosos describen ampliamente la diversidad de dragones, y sus atributos, que aparecen en todas las culturas y manifestaciones artísticas; desde la hagiografía más antigua, pasando por determinadas representaciones del arte de los más insignes humanistas, hasta la personificación contenida en la ficción literaria: a unos le dan un cuerpo de serpiente con alas, vive en los aires y en las aguas, sus fauces son enormes, devora a los hombres y animales, a quienes mata primero con su enorme cola. Otros, en cambio, lo hacen terrestre, sus fauces son muy pequeñas, su enorme y fuerte cola es un elemento de destrucción, vuela también y se alimenta con la sangre de los animales que mata; no faltan autores que lo creen anfibio: su cabeza es de mujer hermosa, de luenga cabellera, y es aún más terrible que los anteriores.
Para la mitología oriental existen dragones que tienen por medio el aire, dragones que tienen por medio el agua y dragones que tienen por medio la tierra. Precisamente explican y definen la lluvia por la unión de la tierra con el Dragón.
Psicológicamente el símbolo del Dragón representa algo que superar, aún, en nuestro mundo anímico, es decir, se le reconoce al Dragón un significado psíquico. Fue, precisamente, Jung -destacado discípulo de Freud- quien afirmó que lo racional es un concepto demasiado limitado para expresar la Vida en su totalidad, por lo que se crea un símbolo.
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